Cuantas veces te ha pasado que estas enfocado en lograr una meta o sueño, trabajas constantemente en ello, con disciplina, te esfuerzas todos los días y te obsesionas con todo eso que estás haciendo para lograrlo, pero llega un momento que ese ritmo te agota (y es normal no eres una máquina, eres un ser humano) te puede llegar a agotar, cansar o incluso aburrir. Esto puede estar ocurriendo porque empiezas a NO disfrutar precisamente del proceso, te olvidas de lo más importante: disfrutar.